domingo, 15 de noviembre de 2009

COQUETERÍA MAL GASTADA o Virtualmente desvirtuado



Cuando lo virtual se convierte en un fantasma, que lamentablemente deja mas pruebas físicas de lo que cualquiera hubiera imaginado. Miles de infidelidades se descubren por un mail mal guardado, miles de malos entendidos han llegado por apretar una tecla equivocada, enviar un mail a un destinatario no deseado. Es como haber echado la carta en el buzón sabiendo que no habrá como recuperarla.

Siendo estudiante en un post grado de arte donde la mayoría de los alumnos éramos mujeres, recuerdo a un profesor de historia al cual mirábamos deliberadamente, en realidad era un juego femenino de esos perversos, donde una sabe la incomodidad que puede llegar a suscitar en el sexo masculino, ahí comprobé que la femineidad y su histeria no tiene fronteras, éramos chicas de diferentes partes de Latinoamérica, Europa y Asia, el coqueteo y las risas era común en todas nosotras, algunas lo tomábamos en broma, otras no.
El atractivo profesor tenía un aire clásico pero moderno, y su seducción se componía por que nos llevaba mas o menos diez años más, rondaría los cuarenta (hombres identificados sonrían! Para muchas, tener diez años menos es una diferencia seductora!) en esa diferencia de edad creo que resulta atractivo ver como se ponen mas serios y estructuraditos, a parte el profe tenía un intelecto avasallador, por lo menos en la materia de historia del arte, con lo cual tenía a la clase ganada. A pesar de las trampas, el profe no cayó en ninguna minifalda, escote o pantalón ajustado, conservaba una amabilidad y distancia estoica, ni una mirada fuera de lugar.
Un día una compañera lo recomendó para un trabajo que a ella le quedaba grande. El profe nos hizo participes de cómo iba encarando la exposición delegada, nos pidió los mails y nos mandaba los adelantos del evento, los artículos de las entrevistas, la tarjeta de inauguración todo siempre en un mail colectivo. Llegaron las vacaciones por navidad. Y fue durante ése periodo que recibimos un mail colectivo del profe deseando felices fiestas y próspero año nuevo. La tarjeta estaba hecha con una foto de él y su pareja, en ella salían uno de espalda y otro de frente semidesnudos, el profe de espaldas con un pantalón de cuero con colaless incluido y sin camiseta abrazando a su compañero que tenía el mismo atuendo pero se mostraba de frente con el paquete bien marcado. Nunca supimos si fue una venganza adrede o simplemente nos incluyó en sus felicitaciones sin darse cuenta. Lo que si supimos ese día que la batalla la perdimos todas, nunca hubo un rimel tan mal gastado.