miércoles, 7 de octubre de 2009

LA CACERÍA




Esta historia va dedicada a los anónimos Gratinados de Palermo. También servirá para desasnar a algún antihéroe sobre la naturaleza de algunas féminas.


En el borde de la pileta del exclusivo condominio bajo un sol real, mostraban sus bronceados de cama solar tres amigas. No era importante quemarse bajo el sol, sino estar a la vista de cualquier hombre disponible. Por supuesto bien sabían que no iría a darse un chapuzón el panadero de la esquina, ni el intelectual de turno, que si bien puede tener una extensa y aburrida conversación sobre cualquier cosa, seguro su billetera estaría tan flaca como su cuenta bancaria si la tuviese. No, en el condominio se aseguraban ejemplares con más de una tarjeta gold, y unos cuantos billetes por gastar en sus bien nutridas billeteras de cuero. Entonces cada movimiento, cada toalla, cada crema solar, estaban dispuestas de manera estratégica, nada quedaba al azar. Y mucho menos para Sofi. Toda ella y hasta su nombre son casi de verdad, dice llamarse Sofi por que suena refinado, dulce e inocente, y a los hombres eso les encanta, ella es como una miniatura perfecta, un minón de bolsillo, delgadita de 1,60mt, unas delanteras XL, y un físico esculpido en varias sesiones de masajes al ozono, rubia lancom, ojos cafés. Vivía en el condominio de lujo ganado a su ex marido en una estrategia que le costo de inversión solo unos cinco años de vida. Ahora a sus cuarenta y pocos, lucir como lucía le costaba todo lo que ella ganaba, no tenía ya resto ni para las vacaciones, así que buscaba la solución en una gorda billetera que trae por defecto pegado a un hombre. Realmente a estas alturas de conocerla aún no puedo afirmar que Sofi de tanto hacerse la boluda, terminó por serlo, o es muy inteligente y lo disimula divinamente. El caso es que va desplegando su aire de ingenua inocente atrapando peces ya marcados. Y fue así que cayó en su mirada puntiaguda de ingenuos ojos cafés un buen amigo mío, Sergio, inteligente, pero hombre.
Sergio, para nada atractivo pero empresario exitoso, es dueño del gimnasio (entre otras cosas) al que Sofi casualmente frecuentaba, realmente ella no sabe lo que es el sudor, se paseaba con una toallita en mano, un pequeño top y unas calzas entre maquina y maquina como habiendo ya terminado su rutina, el caso es que apenas se subía a la cinta caminadora, y cuando veía aparecer a Sergio entablaba alguna conversación, siempre de manera esporádica pero las veces suficientes como para establecer una modesta confianza, hasta que llegó el verano. Fue entonces cuando Sergio fue a la pileta, y vio a Sofi junto a sus dos amigas, se fue hacia ella, como un bicho atraído por la luz. No fue el perfecto dorado, ni el pelo en el viento, lo que a Sergio le llamó la atención, sino algo cegó por un instante sus ojos, y era el reflejo en el agua que hacía el corpiño de grandes lentejuelas verdes que Sofi se había puesto , como quien se pone unos vaqueros para ir al super. Sofi sentada al borde de la pileta chapoteaba suavemente, jamás se metería al agua, por que el pelo no quedaría salvaje despeinado al disimulado descuido del viento.

Ella le sonrió, él se sentó a su lado y entre miradas y sonrisas élla le dijo que pensaba irse de vacaciones a alguna cabaña de Córdoba y si el quería podían ir juntos para compartir los gastos. Lo cierto es que Sergio ya tenía alquilada una casa en Punta del Este donde iría con su hijo adolescente, así que invitó a Sofi pasar las vacaciones con ellos sin necesidad de compartir nada, iría como invitada.

Como bien dije todo, estaba pensado. Ella sabía que las lentejuelas en las XL no fallaban.

5 comentarios:

  1. Desde hace tiempo sostengo que el hombre no elige a la mujer. Es la mujer quien lo elige (y lo sabe), y su enorme poder radica en que el hombre no se da cuenta de esto y cree firmemente que la conquistó. Ambos salen "ganadores" y con su ego por las nubes.
    Creo que esto no es ni bueno ni malo. Simplemente es así. Punto.

    El problema es que creyendo lo que digo, y aún sabiendo el backstage de la historia, me identifico con Sergio y al igual que él, también me enamoro de Sofi.
    "A su edad ya está de vuelta... y está rebuena por donde la mire... y encima se fijó en mí! Y vamos, total qué puedo perder? Si no aprovecho la oportunidad me paso de salame"

    ¿Será que el gratinamiento masculino y la histeria femenina se complementan? ¿O estamos en realidad hablando de lo mismo?

    Lore, genial la historia.
    Beso!

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  2. Muy bueno Lore! Y, aunque no sean esas, que no nos falten estrategias para llegar al otro! Que siempre haya algo que nos permita unirnos!
    Punto y a parte. Estaba leyendo tu perfil y no sabía que fuiste al Colón! Yo hice el Taller de Realización Escenográfica con Pietrapertosa, se llamaba así? no me acuerdo! Qué bueno!

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  3. lore sos genial!!! un placer leerte, conocerte, trabajar con vos!!


    Pau-.


    conectarse.blogspot.com

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  4. Lorena: Gracias por la historia!!!
    Me hacia falta una dósis de este humor... después de tanta abstinecia de "Sex and the City"

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